Presentación.

I. Nuestra vocación a la santidad en la Iglesia. II. Fidelidad a nuestra hora. La hora de la Iglesia y de la vida religiosa. III. La Iglesia, sacramento del amor de Dios. IV. La Iglesia, expresión de la comunión trinitaria. V. La Iglesia de la kénosis. Sentido kenótico de la vida religiosa. VI. La iglesia, sacramento del Cristo Pascual. VII. La Iglesia de Pentecostés. La vida consagrada conducida por el Espíritu. VIII. La Iglesia Misionera. Responsabilidad misionera de la vida religiosa. IX. la Iglesia, luz de los pueblos.La vida religiosa como manifiestación de la luz que es Cristo. X. La Iglesia servidora de los hombres. La vida consagrada como servicio de salvación en la Iglesia. XI. La Iglesia profética. La misión profética en la Iglesia y su expresión en la vida religiosa. XII. La iglesia de la reconciliación. La vida religiosa, una llamada fuerte de reconciliación. XIII. La Iglesia, oración y contemplación. La experiencia de Dios en la vida consagrada. XIV. La Iglesia de la alegría y la esperanza. La vida religiosa, signo cualificado de este gozo. XV.María, Madre de la Iglesia y signo de nuestra esperanza.

Apéndice. Un carisma al servicio de la Iglesia: la vida religiosa sanitaria.